El medio natural, tan cercano a nosotros pero, a la vez, tan alejado de nuestra actual forma de vida, retrocede, se altera y se va degradando ante el imparable empuje del llamado "desarrollo".

Especies que desaparecen, zonas silvestres que poco a poco van siendo invadidas por el hormigón, costas demasiado urbanizadas, formas de vida tradicionales que rápidamente van desapareciendo y ya sólo se conservan como atracción turística... Ya quedan pocos santuarios naturales.

Pero aún nos quedan lugares increíbles que debemos conservar y proteger...




Aires marinos

Allí donde confluyen tierra y mar se crean lugares dotados de una belleza y una atmósfera especial, propicios para la relajación visual y espiritual. Lugares de una serenidad sólo aparente y que esconde la terrible fuerza que late en la naturaleza y que, de vez en cuando, se desata y nos permite ver su lado más temible: el rugir de los océanos.

Cabo Peñas

costa en Ribadesella

La Pedrera

isla La Deva

playa de Gulpiyuri

acantilados en Luarca

costa en Perlora



Rodiles